martes, 2 de junio de 2015

Runas: Origenes...

Las runas son el alfabeto primitivo de los pueblos germánicos. Conocidas originalmente como futhrak, su uso se extendió hacia el norte y hacia el oeste, llegando a imponerse entre los pueblos de la península escandinava y los sajones.

Se dice que las runas llegaron a los hombres de la mano del Dios Odín, quien tenía el poder de adivinar el futuro, volar por por los aires y cambiar de forma a voluntad. Su culto fue muy poderoso en Noruega, Suecia y Dinamarca, y llegó a muchas tierras difundido por los piratas vikingos. 

El misterioso origen de las runas...

Según la mitología asatrú, las runas existían incluso antes de que nacieran los primeros dioses. Puede pensarse (no sin razón), que esta idea es sumamente fantasiosa, por no decir un completo disparate. ¿Como van a existir las letras antes de existan (y que las inventen) los hombres?
Sin embargo, al menos en cierto sentido, puede que se trate de una afirmación muy real. Algunas de las antiguas glifas, son idénticas a signos utilizados por todas las culturas primitivas del planeta. Pensemos en todas las variantes de la rueda solar , desde la cruz gamada o esvástica, hasta las espirales, pasando por la cruz celta y el triskel.


Todos estos signos representan lo mismo: la vida, el poder y la fuerza, la energía expansiva del Dios Sol... y todos se han encontrado en las inscripciones más antiguas de las culturas más distantes entre sí en la Tierra, desde los sumerios, cuya cultura floreció en el periodo Neolítico en el actual territorio de Iraq, hasta los cherokees, no contactados del siglo XIX. Todos sintieron la necesidad de venerar al Sol, como fuente sagrada de energía (y por lo tanto, como dador de la vida), y todos eligieron símbolos abstractos muy similares para expresar el mismo concepto.

Se diría que todos los seres humanos llevamos estos símbolos en nuestros genes, y que, en cierto momento de la historia de cada cultura, los hombres o mujeres más inteligentes de cada tribu, entraron en contacto con su propia capacidad de abstracción y empezaron a elaborar y plasmar ideas abstractas, convirtiéndose así en l@s primer@s mag@s, sacerdotes/sacerdotisas y bruj@s de la historia.

L@s primer@s mag@s eran al mismo tiempo sacerdotes/sacerdotisas y científic@s. En aquellos tiempos, aún no se habían deslindado la tecnología, la ciencia, la religión y la magia, pero todos los miembros de la tribu sabían que su chamán/a podía predecir las tormentas y curar. Porque existía un conocimiento instintivo de las leyes del Cosmos, que es precisamente el que ahora tratamos de recuperar a través de nuestras modernas runas. 



Las runas glifas serían, por lo tanto, representaciones de flujos de energía, procesos naturales y relaciones de causa y efecto que realmente existieron antes que los hombres. La Biblia habla de un Paraíso Terrenal habitado por los humanos, hasta que estos perdieron la inocencia al probar el fruto del Árbol de la Sabiduría. En la mitología asatrú, la sabiduría, representada por la capacidad de abstracción (o sea, por las runas), siempre había estado ahí, desde el principio de los tiempos, pero los seres humanos no entraron en contacto con ella hasta que un Dios se autoinmoló; colgándose de otro árbol, para alcanzarla (es decir, para obtener las runas, entendidas como la representación de las leyes que rigen todos los fenómenos naturales), e incorporarlas al código genético de los hombres.

Como obtuvo Odín las runas...

Odín es el principal Dios nórdico, también llamado Wotan, o Woden entre los germanos, y conocido como “El Padre de todos”, ya que él es el padre de todos los dioses; en la mitología nórdica se le describe como el rey de los dioses, y los otros dioses que componen su corte, le sirven a pesar de que ellos  también son poderosos, pues Odín es el más sabio de los dioses vikingos y busca su conocimiento incluso en sus enemigos. En su forma humana, Odín es representado como un guerrero que lleva armadura de malla y escudo, lanza y espada listas para entrar en batalla. También es un caminante que cualquier persona podría encontrar por el camino, vestido con una larga capa oscura, un sombrero de alas anchas para ocultar que le falta un ojo, y los cabellos encanecidos, largos hasta los hombros. Se dice que su mirada con el ojo que le queda, de un color celeste profundo; penetra agudamente en el alma de quien se cruce en su camino. Su otro ojo, lo sacrificó a cambio de la sabiduría que obtuvo de la fuente de Mimir.


Cuenta la leyenda, que al principio de los tiempos, Odín era capaz de ver lo que pasaba en los nueve mundos desde su trono Hliðskjálf; pero no podía sin embargo ver el futuro. Al ser el Dios de la Sabiduría, Odín tenía una inmensa necesidad de conocer el futuro, pues se dice que fue él quien dió el don de la curiosidad a los hombres. Odín sabía que quien bebiera de las aguas del pozo Urd obtendría la omnipotencia, de forma que acudió allí; y pidió a Mimir, su guardián, que le permitiese beber de las aguas. Pero este, conocedor del valor de la sabiduría absoluta, le exigió al Dios que dejase algo como prenda: uno de sus ojos (lo cual simboliza la diferencia entre belleza y fealdad). OdÍn, sin dudarlo un momento, extrajo su ojo, y se lo entregó a Mimir; que lo arrojó a las profundidades del pozo, para que permaneciese allí por toda la eternidad. De esta forma, Odín sacrificó la belleza por la sabiduría.
Más adelante, en un enfrentamiento entre los Vanir y los Aesir, Mimir fue decapitado; y Odin tomó su cabeza, y la conserva junto a él, haciéndola hablar por medio de la magia; lo cual la convierte en una fuente inagotable de conocimientos.


A pesar de que los conocimientos que Odín obtuvo eran de gran importancia; su sabiduría absoluta no consiste solo en estos, sino que también se compone de la magia y las poesías. El saber de estas dos artes lo obtuvo mediante el conocimiento de las runas. En otra leyenda se narra cómo obtuvo Odin las runas:

Ocurrió que Odín queriendo obtener el saber de las runas, realizó el sacrificio de sí mismo; abriéndose el cuerpo con su lanza Gungnir, y colgándose cabeza abajo de las ramas de Yggdrasil, el fresno sagrado, también conocido como el Árbol de la Vida; durante nueve días y nueve noches sin probar bocado, ni tomar gota de líquido alguno. Y en la noche de el noveno día, cuentan que Odín pudo surcar las aguas de su propia alma, y allí en el fondo; encontró las runas y las asió, y aunque esto le provocó la muerte, resucitó; ahora conocedor de las runas.


En el siguiente poema rúnico se narra la odisea de Odín:

Atestiguo que del árbol ventoso
pendí mecido durante nueve noches,
herido por un lanzazo que sufrí,
por Odín ensangrentado.
Yo mismo como ofrenda para mi, atado a ese árbol
de quien no se sabe hasta dónde llegan sus raíces.

De nadie un mendrugo recibí,
tampoco bebida me ofrecieron,
a las oscuridades profundas,
fui a arrebatar las runas
que con recio alarido conseguí
para caer luego anonadado.

Mi bienestar así adquirí y también sabiduría,
con felicidad y gozo crecí de palabra en palabra,
y el poder entero bebí, al hecho en hecho convertí.

Hay que resaltar que la muerte de Cristo, según la religión cristiana, guarda un enorme parecido con este mito, tanto por la lanza, como por el colgar durante largo tiempo y también por la resurrección (algo irónico, ¿no les parece?).
Finalmente, Odín por medio de estos dos sacrificios, se convirtió en el Dios conocedor de todas las cosas y poseedor de la sabiduría absoluta. En lo personal, siento que el simbolismo de la carta del tarot de el colgado, tiene mucho de esta historia.
Esta es también, la razón por la cual la sangre es tan importante en las runas; ya que para obtenerlas, Odín tuvo que dar prácticamente la suya. El arte de la magia rúnica era practicado asiduamente por l@s seguidores/as de Odín, entre quienes se contaban mag@s, hechicer@s y adivin@s.

¿Como utilizaban estos seres poderosos la magia de las runas? El mismo Odín, según la saga nórdica de el Havamal, reveló los usos de este alfabeto mágico:

"Aprende a marcarlas, 
aprende a leerlas, 
aprende a colorearlas, 
aprende a evocarlas, 
aprende a dispersarlas.

Es mejor no pedir antes que prometer por demás,
porque un presente requiere otro a cambio, 
mejor es no matar antes que provocar demasiadas muertes.

El primer encantamiento que sé
es de todos desconocido 
en la raza humana. 
Se lo conoce como "asistencia", 
porque presta ayuda 
en las horas de angustia 
y en las de congoja.

Un segundo, además, sé, 
que quienes a curar se aprestan 
deben aprender.

Por un tercero sé, cuando en la batalla 
el apremio es grande, cómo embotar 
las espadas enemigas 
para que no haya heridas.

Por un cuarto sé, 
cómo prestamente liberarme. 
Si primero el enemigo me traba, 
un encanto recito 
que vínculos desata 
y ataduras desliga.

Por un quinto sé, 
cómo evitar que una saeta hiera, 
que un dardo lanzado mate 
o que la piedra arrojada lastime.

Por un sexto sé, 
si se marcan runas por hacerme daño 
cómo revertir el encanto, 
y, yo liberado, el encantador atrapado.

Por un séptimo sé, 
al incendiarse el salón de un banquete, 
cómo hacer que quienes comparten mi banco, 
por abrasadoras que las llamas sean, 
nada sientan.

Por un octavo sé, 
cuando ruge el odio en el pecho de un guerrero, 
cómo mi encanto le calmará.

Por un noveno sé, 
cuando lo necesite, 
cómo resguardar mi nave de vientos invernales, 
y calmar las tormentas, 
reducir las olas, 
poner el mar a dormir.

Por el décimo podré saber, 
si los espíritus se levantan, 
cómo cantarles para que se aparten, 
sin encontrar forma ni hogar.

Por el undécimo sé, 
cómo volver incólume 
cuando conduzco a la batalla 
y marcho ileso a la guerra.

Por el duodécimo sé, 
si a la copa del árbol miro 
y un cuerpo balancearse veo, 
cómo marcar y pintar la runas, 
y así el hombre camine 
y conmigo empiece a hablar.

Por el décimotercero sé, 
que el camino es largo y rico. 
Que el compañero de ruta no siempre 
se distingue con claridad. 
Que el amor se oculta, en ocasiones, 
tras un velo oscuro.

Un décimocuarto sé, 
que sólo pocos conocen. 
Y si a un escuadrón le narro 
lo de los viejos dioses y trasgos, 
a todos podré nombrarlos.

Por el décimoquinto sé, 
que cantar a los dioses 
poderes a los hombres da, 
potencia y destreza a los elfos, 
previsión a todos, don de Odín.

Por el décimosexto sé, 
cómo enlazar los corazones, 
encantar a las jóvenes 
y liberar al amor.

Un décimoséptimo sé, 
que no será nunca contado, 
un secreto a todos oculto 
salvo al amor de mi corazón".



Bibliografía:

-Como leer el futuro en las runas, 1ra. edición junio 2003, Grupo Editorial Tomo S.A. de C.V.
-Interpretación de las runas, Macarena Rojo Gonzalez 2004, Edit. LIBSA
-http://aesirtales.blogspot.mx/2010/10/la-omnipotencia-de-odin-y-la-creacion.html
-https://compartiendoluzconsol.wordpress.com/2013/09/12/odin-y-las-runas/
-http://runasdestino.blogspot.mx/2013/06/la-leyenda-de-odin-y-la-magia-de-las.html









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