miércoles, 27 de enero de 2016

Quiero ser Bruj@...

De las preguntas que con más frecuencia me hacen es: ¿Como le hago?, ¿Como empiezo?, Quiero ser Bruj@. Sin contar el interminable debate sobre si bruj@ se nace o se hace. Así que hoy les voy a platicar mi muy particular punto de vista al respecto; y a contar algo sobre como me inicié en este camino. Comenzaré con una frase que leí en un grupo: "Bruj@ que pregunta lo que tiene que hacer, no es Bruj@"; y es que las brujas, más que aprender, lo que hacemos es recordar; cuando leemos un libro de magia, o escuchamos a alguien con más experiencia que nosotros, estamos recordando y recuperando el conocimiento que hemos ido acumulando en cada una de nuestras vidas anteriores. Bruj@ se nace, no se hace. Cierto es que cualquiera que tenga la suficiente fuerza de voluntad y dedicación, puede volverse muy versado en magia, cierto que hay hechizos, rituales y técnicas que todos pueden practicar y obtener resultados satisfactorios; cierto que todos tenemos un don (videncia, canalización, sanación...), algun@s más despierto o desarrollado que otr@s; cierto que todos tenemos la capacidad de visualizar y decretar, dos cosas importantísimas en la magia; pero eso no los convierte automáticamente en bruj@s.
Si buscamos definiciones de la palabra Bruj@, encontraremos varias; algunas bastante absurdas y otras que se acercan más a la verdad, por ejemplo:
*Adjetivo masculino y femenino
Persona que realiza actos de magia o hechicería para dominar la voluntad de las personas o modificar los acontecimientos, especialmente si provoca una influencia dañina o maléfica sobre las personas o sobre su destino.
*Persona que en algunas culturas hace predicciones, invoca a los espíritus y ejerce prácticas curativas utilizando poderes ocultos y productos naturales; también suele aconsejar y orientar a las personas que acuden a consultarle.
*Mujer de mal carácter y malas intenciones, especialmente si es fea y vieja.
Estas son solo algunas de las definiciones que nos encontramos si nos vamos a un diccionario.
Técnicamente, un/a bruj@ es una persona que practica la Brujería. Y que es la Brujería? Si nos vamos al diccionario encontraremos algo más o menos así:
*Conjunto de creencias, conocimientos prácticos y actividades atribuidos a ciertas personas llamadas brujas (existe también la forma masculina, brujos, aunque es menos frecuente) que están supuestamente dotadas de ciertas habilidades mágicas que emplean con la finalidad de causar daño.
Nótese el énfasis con tintes negativos que se hace en la figura femenina; y en el que este conocimiento se usa para dañar. Esto debemos agradecérselo a la Iglesia, que durante la Edad Media se encargó de crear esta imagen, que aún hoy en día, much@s toman como cierta.
Y bueno, quitando la paja y los estereotipos negativos que siempre la acompañan; la Brujería es un todo, que engloba creencias, formas de pensamiento, elementos, actividades, y energías; pero sobre todo, es un camino espiritual. L@s bruj@s, somos seres que a lo largo de nuestras encarnaciones hemos recorrido el camino de la Magia y que hemos ido acumulando en nuestra alma ese saber; por eso se dice que l@s Bruj@s recordamos, todo el saber ya está dentro de nosotr@s, solo necesitamos algo o alguien que lo despierte. Por esto es que el estudio es tan importante cuando comenzamos a despertar, por esto también es importante estar atent@a a las señales; a las "coincidencias".
¿Y que es la magia? La magia es un puente entre lo visible y lo invisible, que conecta los mundos o planos; y te permite aprender las lecciones de ambos; aunque esto es más bien territorio de las hedge y los chamanes. Mi esposo una vez me dijo que la magia es ciencia que aún no entendemos. Si nos vamos al diccionario, encontramos lo siguiente:
*Es el arte o ciencia oculta con que se pretende producir, valiéndose de ciertos actos o palabras, o con la intervención de seres imaginables, resultados contrarios a las leyes naturales.
Según Aleister Crowley la magia es “la Ciencia y el Arte de provocar que ocurra un Cambio en conformidad con la Voluntad”; aunque habría que agregarle que el primer cambio que debemos hacer es en nosotr@s mism@s, y es que si no evolucionamos, como esperamos que el mundo cambie hacia nosotr@s?
Internet está saturado de publicaciones con las características que supuestamente tenemos l@s bruj@s, listas que seguramente ya se sabrán casi de memoria; también sabrán que el vestir de negro, colgarse un pentagrama y tener un gato negro no te convierte en un@; como tampoco lo hace prender algunas velas y quemar inciensos mientras recitas conjuros en medio de la noche. De las verrugas, las narices puntiagudas y los vuelos en escoba mejor ni hablamos. Alguna vez, leí en algún sitio que si sentías una  fascinación o miedo inexplicable al fuego, era señal de que habías sido quemada en la hoguera por bruja en una vida pasada; algo en lo que no estoy para nada de acuerdo, yo fui quemada en la hoguera y nunca he sentido ni miedo ni fascinación por el fuego, me gusta verlo, lo utilizo como un elemento importante, me encantan las fogatas, las velas y las hogueras; y considero (como cualquier persona) que morir quemad@ es una muerte espantosa, pero el fuego no ejerce algún tipo de influencia especial en mi. Sin olvidar tampoco que a much@s los mandaron a la hoguera sin ser siquiera bruj@s, simplemente por intereses de otras personas.
Hay quienes suelen darle mucha importancia al famoso linaje, se de personas que se jactan de ser descendientes y hereder@s en línea directa de ciert@ bruj@ famos@; o de que tienen cierta marca de nacimiento que los señala como "l@s elegid@s" en cierta generación; o que en su familia todas las mujeres nacidas bajo ciertas condiciones, resultan ser brujas; y mil historias más relacionadas con la familia. Y aunque es muy posible que sean ciertas, eso no l@s vuelve mejores bruj@s que alguien que no tiene antepasados bruj@s que sacar a relucir. Hay bruj@s poderos@s que resultan ser el primer caso en su familia. En lo personal solo puedo rastrear mi árbol genealógico hasta mi bisabuela, y es a ella a la única que puedo darle el título de bruja, de mujer sabia; de mi abuela, mi madre, tías y primas; poco o nada hay que decir al respecto, tienen de brujas lo que yo de monja.
L@s Bruj@s, somos ante todo buscadores/as de la verdad; de nuestra verdad. No buscamos la magia para cambiar al mundo, sino para cambiarnos a nosotr@s mism@s. Antes de buscar dinero, poder, o el amor de otra persona; buscamos entendernos a nosotros mism@s; nos acercamos a la magia, buscando nuestro lugar en el mundo, buscando entender porqué estamos aquí, por qué decidimos nacer en una vida como la que tenemos y que tal vez no sea la que hubiéramos elegido si nos hubieran dado oportunidad de escoger; según nosotr@s (debo decirles que esta vida que tienen, la escogieron ustedes tal cual).
Yo siempre recomiendo que se vuelvan más observadores/as cuando sienten el llamado, y es que los Dioses y el Universo comienzan a mandarnos señales, sólo que nosotros andamos tan ensimismad@s, que ni cuenta nos damos de ellas. Les digo que comiencen por lo que llama su atención, generalmente el hecho de que algo despierte nuestro interés de repente, es indicio de que estamos empezando a recordar. Una cultura, un símbolo, una tradición, una religión, una imagen, un lugar, un objeto; nos pueden decir por donde debemos buscar. A los 16 años, yo comencé con lo que llamo mi "periodo celta" y es que de ser una cultura que vivió por allá de la Edad de Hierro y que alguna vez había estudiado en la clase de historia; pasaron a convertirse en parte de mi día a día, iba a la librería o incluso al supermercado y encontraba un libro o algo referente a ellos, me enteré de la existencia de Epona, la diosa caballo; siendo que yo siempre he tenido una conexión especial con estos animales; y varios detallitos más, que me dejaron con cara de sorpresa, cuando lo primero que me dijeron al acceder a mis vidas pasadas fue: "Fuiste celta", especialmente porque quien me lo dijo era una completa extraña para mí, y porque yo no traía nada colgado o visible que indicara mi interés por ellos.
Actualmente usan la palabra Bruj@as para referirse a cualquier persona que tenga algo que ver con el esoterismo y la magia; y lo cierto es que está mal empleada y sobreusada. El que seas tarotista, no te convierte automáticamente en Bruja, si tienes el don de la premonición, eres vidente; si sanas, eres sanador/a; si los seres se comunican contigo, eres canal; si eres capaz de hacer que ciertas cosas pasen solo con la fuerza del pensamiento, eso quieres decir que tienes una mente y una energía poderosa; pero nada de eso indica por sí solo que seas un/a Bruj@. Es verdad que muchas Bruj@s somos sanadoras, videntes o nos comunicamos con los seres y los espíritus; pero tener esas facultades y Dones, no es lo que nos hace Bruj@s. Mención aparte merecen los practicantes de la Wicca, que se llaman a sí mismos bruj@s; el que seas practicante iniciado o autoiniciado, no te convierte en bruj@, muchas personas se acercan a la Wicca porque sienten que las religiones tradicionales no les dan lo que ellas buscan, sienten que les falta algo y ese algo lo encuentran en la Wicca. Para ser Wicca no es requisito ser bruj@, tan solo respetar la rede, seguir los 13 principios y celebrar la rueda del año. Cierto es que a la Wicca se le llama la religión de l@s Bruj@s, porque much@s de ell@s son practicantes, ya que dentro de ella encuentran la aceptación y el respeto que no han encontrado en otras religiones (yo misma, fui Wicca durante casi 7 años); y sobre todo, porque su ideología de vida, encaja bien dentro de la Wicca. Pero como dice una frase que circula por ahí: "Ni tod@s l@s Bruj@s son Wiccas, ni tod@s l@s Wiccas son Bruj@s".
L@s Bruj@s en resumen, somos personas que a lo largo de nuestras vidas anteriores hemos recorrido el camino de la magia y que hemos ido perpetuando ese conocimiento a través del tiempo. El ser bruj@ no nos convierte en mejores o peores personas que el resto, no nos hace superiores u omnipotentes; es tan sólo el camino que escogimos recorrer. Y es un camino difícil, porque estamos obligad@s a encontrarnos a nosotr@s mism@s, a enfrentarnos a nuestros más grandes miedos, a sanarnos. Porque solo de esa manera podemos empoderarnos, en este camino no existen atajos ni rutas rápidas. Tampoco es posible renunciar a él; puede ser negado, o escondido; pero una vez que hemos escogido este camino jamás podremos olvidarlo; si esta en nuestro destino, lo recorreremos en el momento en que debamos hacerlo; no antes, no después.







jueves, 14 de enero de 2016

Antes de pedir, debemos limpiar...

El 90% de las personas, suelen recurrir a la magia cuando tienen algún problema, desean algo (la mayoría de las veces ese algo es un alguien), o porque algo se les atora. De este porcentaje, son much@s a los que de repente les da por sentirse bruj@s, pero muy poc@s l@s que se toman la molestia de investigar un poco sobre cómo son las cosas; creen que esto de la magia y la brujería es algo tan fácil como prender 4 velas y un incienso, decir un par de oraciones y tal vez encomendarse a Dios; y bueno, si la cosa fuera tan fácil, pues que a todo dar sería.
Las personas como yo que han hecho de la magia y la brujería su vida, estamos bastantes cansadas y aburridas de ver siempre lo mismo: velas mal puestas sin oficio ni beneficio,"hechizos" de lo más absurdos, gente pidiendo soluciones mágicas inmediatas (eso de agitar la varita para que sucedan las cosas, solo pasa en Harry Potter; y hasta él tuvo que pasar por la escuela para saber como mover la varita); y mención aparte se merecen los que andan a la caza de ver si sacan la consulta o la tirada de algún oráculo gratis (más de un@ se ha querido pasar de abusad@ conmigo, bajo el cuento de que: "no es consulta, es una orientación"; sin olvidar tampoco el choteadísimo mal chiste de que con los dones y el conocimiento no se lucra); en fín, que me estoy yendo por la tangente, de lo que les voy a decir.
La gente pide de acuerdo a sus necesidades y eso es muy lógico, sólo que en su afán por querer resolver sus problemas con la mayor rapidez, pasan por alto muchas cosas de vital importancia. La mejor manera de saber que es lo que realmente traemos, o porque nos pasa lo que nos pasa, es acudir con un profesional para que nos realice una consulta por medio de algún oráculo; eso sí, uno de confianza, que charlatanes sobran en este mundo; aunque por "x" o "y", la gran mayoría de las personas prefieren saltarse este paso (por la tacañería de ahorrarse la consulta, o porque no está dentro de sus posibilidades); y lo que empiezan a hacer es experimentar con hechizos y "trabajos" mágicos que vieron por ahí o que les fueron recomendados por la "bruja Majuja o el brujo Fulanito", hoy no me explayaré diciendo lo que pienso sobre ese tipo de trabajos y los materiales que suelen usar, que eso es tema largo, sino que les hablaré del paso que la gran mayoría se salta.
Antes de andar realizando hechizos o rituales para abrir caminos, pedir prosperidad,amor y cosas buenas (la salud no la mencioné, porque me he dado cuenta que cuando la gente tiene dinero y amor, no se enferma); debemos limpiar a conciencia nuestra persona y nuestro ambiente (excepto los negocios, que esos no se limpian tanto) y es que yo siempre he dicho que eso de hacer cosas para pedir, sin haber limpiado antes; es como ponerse ropa limpia sin haberse bañado. El no limpiar también puede ser la explicación a porque los efectos de lo que hacen no son de larga duración (que no faltará el/la que me diga que a él/ella si le funcionan sus hechizos), y digo de larga duración porque los resultados mágicos permanentes no existen, hay muchas cosas que dependen de ello; pero esa es otra historia.
Así que antes de andar prendiendo velas, tómense algo de tiempo para saber qué es lo que tienen en casa o en su persona. Para saber si en su casa hay algo raro, la forma más simple es utilizar la ya famosa fórmula del vinagre y la sal, que contrario a lo que much@s piensan; no limpia, solo detecta; se coloca un vaso en la habitación donde se pasa más tiempo o en todas si lo creemos apropiado (el vaso de cristal a la mitad de sal de grano y la otra mitad con vinagre blanco); se deja durante nueve días y si hay algo o alguien que nos esté dando lata, este reacciona para mostrarnos lo que es. Y ya con ese antecedente, podemos saber cual es la manera más apropiada de limpiar; ya que hay ocasiones que con pasar un sahumerio durante nueve días, el espacio queda limpio, pero en otras se necesitan limpias más fuertes, duras y complejas.
En el caso de limpiar nuestra persona, hay veces que con un baño con algún tipo de sal preparada, o incluso con simple sal de cocina; nuestro cuerpo áurico queda limpio (sin embargo esto muy raras veces pasa, sobre todo si apenas estamos iniciando nuestra andadura espiritual en esta vida); en este caso ahí si que la mejor manera de saber por qué nos pasa lo que nos pasa es ir con alguien que sepa ver en nuestro pasado (y no sólo en esta vida); y que nos diga el porqué y cómo solucionarlo. Para ponerles un ejemplo, les contaré mi historia; cuando yo comencé mi despertar, era apenas una adolescente; de la vida se podría decir que sabía poco o nada; sin embargo, a mis 16 años sentía yo que cargaba con un gran peso a mis espaldas y traía arrastrando cosas como el haber sido siempre una niña rara, de la que mi familia esperaba demasiado, sobre quien los vecinos cuchicheaban y comentaban mi origen (por aquello de que la que yo creía que era mi hermana, en realidad era mi madre; y que mi padre biológico brillaba por su ausencia); pero que por el resto del mundo era ignorada o simplemente no existía. 


Iba por la vida con una máscara de valemadrismo e indiferencia que me servía para protegerme, ya que por un lado me habían criado diciéndome que ante la gente no había que mostrarse débil y por el otro , yo, en mi intento de ser "normal", había tenido un par de experiencias bastante desagradables que me confirmaron que el mundo no estaba listo para mí o mejor dicho: yo no estaba aún lista para él. Entre las ilusiones de toda chica de 16 años, está por supuesto el tener un novio, y es que en esa época lo normal es sentir el despertar de las hormonas; sin embargo entre que mi madre me había metido en la cabeza que los hombres eran unos desgraciados y que yo veía a mis amigas sufrir por escuincles inmaduros y mocosos a lo puro tarugo y por puras taradeces (al menos a mí, así me lo parecía); decidí que lo mejor era olvidarse del tema amoroso y dedicarse solo a la diversión. 


Para no hacerles el cuento largo, a los 18 años conocí a la que sería mi primera maestra, yo ya había investigado y devorado por mi cuenta cuanta información brujeril caía en mis manos (la cual no era tan fácil de obtener como hoy en día); había fabricado ya mis primeras runas, sin saber siquiera lo que eran (simplemente un día, me dió por ir a recoger piedras y pintarles los símbolos); tenía una baraja de tarot que me decía muchas cosas y a la vez nada, me gustaba prender velas solo por verlas arder y quemar inciensos porque me hacían recordar situaciones y lugares; así que un día mi mamá ante la preocupación de que su hija se creía bruja me llevó con su amiga; esta señora realizaba sus consultas por medio de cuarzos; un cuenco lleno de cuarzos consagrados eran su oráculo, y entre todo lo que me dijo (ya que me habló de mi transitar por este mundo en otras encarnaciones en todas las cuales he recorrido el camino mágico); me habló del tema amoroso. Debo decir que a pesar de mis intereses brujiles, nunca hice ningún tipo de hechizo para que alguien se fijara en mí, o para que mi vida mejorara; siendo que incluso por mera casualidad (por decirle de algún modo, ya que para mi nada es casual); o a modo de prueba un día terminé con un mechón de cabellos de un chico que me gustaba en aquel entonces, en mis manos (la de cosas que hubiera podido yo hacer je,je). Sin embargo, algo en mí me decía que no anduviera haciendo experimentos.


Gracias a lo que esta señora me dijo en esa consulta, pude yo comprender el porqué nunca me había enamorado y nunca nadie se había sentido atraído hacia mí para tener una relación seria (al menos así lo veía yo); y es que aunque iba por la vida como si el asunto no me importara, en el fondo deseaba tener un novio con el cual poder salir a dar la vuelta, que me diera besos, abrazos y me hiciera sentir especial (vamos, que soy humana). Gracias a esa consulta, entendí que para que el Amor llegara a mi vida, primero tenía que sanarme a mi misma, limpiarme, quitarme toda la "mugre" que traía yo de otras vidas y de esta. Y sí, tal cual, mientras estaba en pleno aprendizaje, conocí al hombre que me hizo entender el verdadero significado del Amor, un hombre que sin él saberlo, pagó su deuda de otro tiempo conmigo, a la vez que me enseñó mucho y de alguna manera, me preparó para otras relaciones; y es que cuando conocí al que sería mi esposo, yo ya estaba libre de todo prejuicio y me había quitado la máscara; así que a esa relación solo llevé mis miedos (que esos siempre nos acompañarán) y mi esencia de bruja, lo que soy; estaba dispuesta a darlo todo y por lo mismo, estaba ya preparada para recibirlo también todo. Pero si yo me hubiera saltado esa consulta (independientemente de que habría retrasado mi desarrollo espiritual), y me hubiera puesto a prender velas rojas untadas en miel (por decir algo) a tontas y a locas; así hubiera yo acabado con la colmena entera, nunca habría pasado nada; y yo seguiría más sola que la una, añorando en secreto una pareja y fingiendo ante los demás que él tema no me interesa.
Así que mi consejo es, que antes de andar haciendo experimentos, busquen saber el porqué de lo que les pasa, no por ahorrarse unos pesos terminen regando el tepache completo y empeorando las cosas. Antes de pedir amor, dinero, prosperidad o que se les abran los caminos, limpiense ustedes y limpien su entorno. Y si lo que buscan es soluciones fáciles y baratas, lamento decirles que estas no existen, y es que si son tacañ@s, la vida será tacaña también; así como das, recibes. Así que si no quieren gastar en consultas, cursos o materiales, mejor quédense como están; tal vez no mejoren, pero tampoco empeorarán las cosas.
Como siempre espero que esto que escribo les sea útil, con dos o tres a l@s que les caiga el veinte, me doy por bien servida. Que los Dioses los bendigan y protejan.